El anillo de compromiso
I Todas las noches me atormenta el mismo sueño. Escasos minutos antes de despertarme, una pesadilla se cuela en el mundo de neblina y con su sablazo oscuro impulsa mi cuerpo a levantarse sobresaltado, con sudores recorriendo mis manos. Veo mis dedos, flacos y con las uñas intactas, agarrando la ropa de cama como si no hubiera un mañana. Mis cejas probablemente estarán arqueadas, mientras mi pecho se resiste a la fuerte amenaza de una respiración descontrolada. ¿En qué me estoy convirtiendo? ¿En qué me estoy convirtiendo cada noche, a las tres de la madrugada? Miro a mi alrededor, pero solo me encuentro el amparo del silencio y la soledad. Espero impaciente el sonido del reloj, tic-tac , tic-tac… pero solo lo imagino, pues no se digna a dar la hora. Ni dormir sin parte de arriba me libera del calor. Me siento en el filo de la cama y junto las manos en señal de rezo. Por favor, que no sea él de nuevo, por favor, que no sea él de nuevo… Para qué me voy a engañar si e